Trono de Luz Estelar – Capítulo 6: Entre las Estrellas y Ella
Clasificación: M/E
Géneros: Romantasía (Romance y fantasía) | Ciencia Ficción | Desarrollo Lento | Space Opera | Pareja Predestinada
Resumen:
Cassia Harper creía que sus mayores problemas eran pagar el alquiler, mantenerse al día con la escena de la moda en Brighton y vender suficientes artesanías para ayudar a su familia. Pero cuando un misterioso y hosco soldado a sueldo con orejas puntiagudas irrumpe en su vida, todo cambia.
Su pasado no es lo que pensaba. El padre que apenas recuerda no era solo un viajero distante, y el broche que lleva todos los días… no es simplemente una antigüedad.
Ahora, con asesinos tras sus pasos y un protector que se niega a reclamarla (aun cuando la tensión entre ellos es ardiente), Cassia debe decidir: ¿huirá de su destino o se alzará para enfrentarlo?
Qué esperar:
🔥 Un “slow-burn” con intensa tensión (y varias recompensas muy candentes 😏)
🐺 Un protector cósmico de orejas puntiagudas (que sabe que ella es su pareja predestinada, pero se niega a actuar… al principio)
👑 Política galáctica
🌌 Una space opera llena de acción, erotismo y drama
🛸 Brighton (Reino Unido) se encuentra con las estrellas
Había sobrevivido a campos de batalla, asesinos y a media docena de asedios orbitales.
Pero nada —ni una sola maldita cosa— me preparó para la idea de quedar atrapado en una nave, a solas, con ella.
Cass…
Se sentó en el asiento del copiloto, girando lentamente, con los ojos muy abiertos y con cara de asombro mientras dejábamos atrás una Tierra cada vez más pequeña. El suave resplandor de la curvatura del planeta aún era visible a través de la ventana, un halo que se desvanecía en la oscuridad.
Y todo lo que podía pensar era en la forma de su boca.
Eso era peligroso.
No se trataba solo de que fuera mi pareja. Era que la sentí en mis huesos en cuanto tocó mi dedo en la consola antes. Una corriente de calidez donde antes solo había frío.
Y ahora estábamos solos.
Ella tarareaba. Algo de la Tierra, no sabía qué. El sonido era suave, melódico, y de alguna manera hacía que el silencio resultara aún más denso.
Ajusté nuestro rumbo, trazando la ruta hacia el centro de transporte oculto en la sombra de Júpiter. Necesitaba concentrarme. Volar. Navegar. No imaginarme besar a la única persona que me hacía olvidar que una vez tuve órdenes.
—Dain —dijo, ladeando la cabeza—, ¿qué pasará cuando lleguemos a ese centro?
Carraspeé, manteniendo la mirada en la pantalla de navegación.
—Hay una estación. Fuera de los canales oficiales. Está protegida. Nos reagruparemos y decidiremos desde allí.
Ella asintió despacio.
—Tienes esa voz de “no te lo estoy contando todo” de nuevo.
No respondí. No podía. Si la miraba, sabía que volvería a quedarme mirándola fijamente.
Las estrellas cambiaron ligeramente, los sensores pitaron.
Y entonces la pantalla se iluminó.
Tres señales. Rápidas. Con un ángulo determinado. Hostiles.
—Sujétate —advertí.
—¿Qué…?
Las alarmas resonaron por toda la nave. Luces rojas inundaron la cubierta. Cassia se tensó a mi lado.
—¿Qué es eso?
—Naves enemigas.
Ella se aferró al asiento.
—¿De dónde?
—De la Luna. Debieron de estar ocultas tras ella. Nos estaban esperando.
Empujé los mandos a fondo. La nave se sacudió, el metal crujió mientras hacíamos un arco cerrado, virando con fuerza a estribor.
Un fogonazo de plasma rozó el casco. Estuvo cerca. Demasiado cerca.
—¿Puedo ayudar? —gritó.
—No. Abróchate el cinturón. No te muevas.
Obedeció de inmediato.
Las naves enemigas eran rápidas, aerodinámicas, depredadoras, diseñadas para emboscadas. Pero yo conocía esta nave. Cada abolladura, cada pulso, cada aullido de sus motores bajo presión.
Descendimos bajo un grupo de asteroides, los sensores se volvieron locos. Redirigí potencia a los deflectores traseros y giramos en una curva de onda gravitacional.
Cassia permanecía en silencio, las manos aferradas al asiento, los nudillos blancos. Podía sentir el miedo que emanaba de ella, aunque intentara ocultarlo. Valiente. Siempre valiente.
—Dain —dijo con la voz temblorosa—. Si morimos, te juro que…
—No moriremos.
—… te perseguiré convertida fantasma en tu nave silenciosa y rara.
Se me escapó una carcajada. No pude evitarlo.
Otro disparo de plasma. La nave se sacudió con fuerza. Las sirenas de aviso sonaron.
El centro de transporte apareció ante nosotros, justo tras la curvatura de Júpiter: camuflado, con escudos protectores. Pero las naves nos pisaban los talones.
Tenía una sola oportunidad.
—¡Aguanta!
Redirigí hasta el último ápice de potencia a los propulsores frontales, fijé la señal del centro y activé el protocolo de salto de emergencia.
La nave gritó.
La luz se volvió borrosa.
Cassia cerró los ojos.
Y avanzamos a toda velocidad, pasando de largo a los enemigos, hasta el escudo del centro, atravesando el muelle de atraque…
…y nos detuvimos.
Silencio. Luego los sistemas se estabilizaron. La nave siseó mientras los seguros se acoplaban.
Me dejé caer contra el asiento, con el corazón desbocado.
Cassia soltó un largo suspiro tembloroso.
—¿Se… acabó?
—Por ahora.
Me miró, con los ojos muy abiertos.
—Odio el espacio.
Esbocé una leve sonrisa.
—Te acostumbrarás.
Glosario – Capítulo 6
Asiento del copiloto – El asiento secundario del piloto en un vehículo o nave espacial. (Co-pilot seat)
Acelerador – Un control para gestionar la velocidad o potencia del motor. (Throttle)
Camuflado – Oculto mediante tecnología especial. (Cloaked)
Plasma – Materia de alta energía usada como arma en ciencia ficción.
Curva de onda gravitacional – Maniobra que usa la gravedad para ganar velocidad. (Slingshot curve)
Deflectores – Escudos que protegen una nave. (Deflectors)
Protocolo de salto – Un proceso especial para moverse rápidamente en el espacio. (Jump protocol)
Muelle de acoplamiento – Pasaje para conectar con una estación espacial. (Docking corridor)